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Las chicas no ignoramos, sólo queremos comprobar si hacéis un esfuerzo por hablarnos. Aquí, el que no demuestra lo que siente, está dispuesto a perder lo que quiere. Porque no tener un buen motivo para quedarse, es una buena opción para marcharse. 
¿Sabes? La más mínima tontería puede provocar la sonrisa más grande. Es increíble como un detalle simple e insignificante es capaz de cambiar por completo el día de alguien. Podéis marcaros uno de vez en cuando. Yo no pido un "buenos días princesa", es más, los odio. Llámame fría, pero es que supongo que ya gasté mi lado cursi con la persona equivocada. Tampoco quiero que pintes un "Tú y yo a 3MSC" en un puente, ni un diario que cuente toda nuestra historia, ni todas esas cosas que aparecen en las películas. Yo solo quiero que tu insomnio tenga mi nombre, vacilarte a todas horas, ponerte el mundo del revés y que al final te vuelvas loco de tanto quererme. No quiero que seas mío, ni quiero ser tuya, nos quiero nuestros. No te necesito, ni quiero que me necesites, pero quiero que nos hagamos falta. ¿Lo pillas? No quiero que me prometas ni el cielo, ni un "para siempre", ni nada. Prefiero los hechos a las palabras. Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas, se dicen solas.
Que no pedimos nada del otro mundo, que a veces todo lo que una chica quiere o necesita es que se luche por ella, que le demuestren las cosas. Y es que nunca se sabe lo que puede pasar, porque las cosas pueden cambiar en un solo instante, en una sola milésima de segundo. Así que, piensa bien tus jugadas, porque te aviso de que yo soy como el tiempo, y si me pierdes, no regreso jamás.